martes, 28 de junio de 2011

Capitulo 4


¡No había absolutamente nada! ¡Cuando se dio la vuelta no había nada! ¿Pero de donde provenía la voz? ¿Se podía estar enfrentando con fantasmas? No, demasiado fantasioso. James vio una puerta. Pensó que la voz podía provenir de la dicha. Pero, ¿y los cuchillos? ¿Quién o qué lanzaba los cuchillos? No había tiempo para pensar. James salió corriendo hacia la puerta. No paró. Mierda, la puerta estaba cerrada. James forcejeó, y, al final consiguió abrirla. ¡Era la calle! ¡Minogue había encontrado la calle! Salió corriendo. Pero, como a medio metro de la puerta. Oyó un disparo. Y otro más. ¡Le estaban intentando asesinar! Pero James no tenía tiempo para mirar. Corrió y corrió. Otro disparo. Entonces, vio una piedra, pero la vio ya en el aire; había tropezado con ella. Cayó al suelo. Pensó: “Estoy muerto”. No obstante escuchó otro tiro. Y el tiro acertó. Si, no fue un simple tiro al aire. Le dio. Pero no a él. Al hombre que estaba pasando por delante suya. El hombre cayó al suelo. Era un hombre de avanzada edad. Tenía una gran calva, pero por los lados y por detrás tenía pelo blanco. Iba encorvado y cojeando con un bastón. Tenía una pequeña boina. El brazo que no llevaba el bastón lo llevaba detrás de la espalda. Tenía una ligera sonrisa, y arrugas por toda la cara. Tenía unos vaqueros con remiendos y una camisa blanca que llevaba por debajo de los mismos. Un blanco al cual le había salido una mancha. Una gran mancha. Una gran y terrible mancha roja. El hombre soltó un corto alarido y después cayó al suelo. Pero a James, lo que le sobraba, no era precisamente tiempo para detenerse. Siguió corriendo y mientras lo hacía sacó su pistola, que no se acordaba que la tenía y sin pensarlo, apuntó detrás suya y dio cuatro tiros. Cuatro tiros que acabaron con un hombre con máscara negra y traje del mismo color. El rojo de la sangre ya no se veía; ahora el negro ganaba este pulso. Quizás por dicho traje negro no vio nada al darse la vuelta antes y pensó que no había nadie. No, eso no era posible, había comprobado dando manotazos al aire que allí no había nada. Al fin y al cabo, puede que sí se enfrentase con fantasmas. O con una secta de fantasmas. Quién sabe. Porque, con lo que acababa de salir del hombre de negro, acababa de comprobar que los fantasmas si existen. Había sido algo muy extraño, ¿una sombra reflejada en el aire quizás lo podría definir? ¿Una sombra con forma humana? Se le ocurrió llamar a la policía, pero pensó que era absurdo, ya que el policía era él. Pero estaba muy asustado con todo lo que acababa de pasar. Salió corriendo, llorando. ¿Cómo es posible que hubiese pasado esto? ¿Cómo es posible que estuviese así ahora mismo? Era como una línea imaginaria. Una línea, la cual separaba su pasado con el presente. Se preguntaba si habría otra dentro de no mucho que separara el llamado presente con el dicho futuro. Se preguntaba si este infierno acabaría alguna vez en el nombrado pasado, el llamado presente o el dicho futuro. Se preguntaba cómo era posible que esto estuviese pasando en la vida real, o la real vida, ya que dicen que el orden de los factores no altera el producto. Aunque en este momento, el más minimo desorden de los factores alteraría el producto final, el cual podía dividirse y alejarse por dos ramas. Una rama era morir. Otra rama era enfrentarse con la muerte. Que curioso. Tenía la rara sensación de que iba a empezar un duelo con la muerte. Un duelo. En el cual, él iba a ganar. Y no solo eso, sino que iba a dejar a la muerte por los suelos.

martes, 7 de junio de 2011

Capitulo 3

James no entendía nada. No sabía qué hacía allí. No sabía de que era esa mancha de sangre. No sabía para que servían aquellas tuberías. No sabía por que un hombre le guiñó el ojo. No sabía por qué le habían pinchado y dormido. No sabía nada. Solo sabía que las tuberias estaban sonando. Estaban sonando golpes. Primero uno. Una pausa. Luego veintiseis. Pausa. Veintitrés. Pausa. Cuatro. Pausa. Uno. Pausa. ¿Que significarían esos golpes? Una especie de mensaje cifrado...
Si alguien quisiese comunicarse con él de alguna manera, dando golpes, lo haría de una manera que todo el mundo sepa. ¿Que sabe todo el mundo? El abecedario. Simple deducción. ¿Que querría decir? Letra uno: A. Letra veintiseis: Y. Letra veintitrés: U. Letra cuatro: D. Letra uno: A.
James pensando un poco descubrió aterrorizado que, juntando todas las letras, ponía: AYUDA. Entonces, Jack deletreó en la tubería: PARA QUE. Y con autentico terror, fue juntando las letras, y viendo que ponía: PARA MATARTE. Jack chilló. De repente,una pistola cayó de un agujero que había en el techo. Y también empezó a sonar una voz. Decía:
"Darte un tiro es la mejor de las opciones para escapar."
Pero James no se quiso dar un tiro. No, él no. El no era tan cobarde. El escaparía. De repente, cayó un cronometro de muñeca del agujero. Era una cuenta atrás.

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1:49...

No paraba. Esto ya se estaba pareciendo demasiado a una película de Saw. Clavadito. Le extrañaba que no estuviera atado a un sistema de poleas. Entonces, pensó que si habían caido varias cosas del agujero, significaba que arriba había alguien. James dominaba las artes marciales, así que no tenía por qué tener miedo de subir. Pero, ¿como iba a subir? Fácil. James cogio la pistola y le pego un tiro a una tubería. No sucedió gran cosa. Entocer, con la empuñadura, empezó a golpearla, primero por arriba, y luego por abajo, hasta que consiguió arrancar un trozo de tubería lo suficientemente largo como para trepar hasta el agujero. James cogió el cronometro y lo puso en el suelo. Ponía "0:24". Pensó que debía de darse prisa. Apolló la tubería en el suelo y empezó a trepar. Se metió dentro del agujero. Estaba muy oscuro.Menos mal que el siempre llevaba una linterna. Alumbró y vió una especie de circulo grande con una espiral roja dibujada sobre un fondo blanco. Estaba girando. Creaba un efecto óptico realmente impactante. James miró por toda la habitación. Fue a mirar al otro lado del gran círculo. Y vió, aterrorizado, a una muger atada de manos y pies al circulo y con una tela en la boca, de forma que no podía hablar. En cuanto le vio, abrió mucho los ojos, como intentando llamar la atención de Minogue. Entonces, Un cuchillo apareció debajo de su brazo. Alguien estaba lanzando cuchillos. Depues, otro entre sus piernas. Finalmante, uno se le clavó en el abdomen. La mujer abrió los ojos, y al cabo de un rato casi había muerto. Entonces, detras de él Minogue oyó: "Tres, dos, uno, muerte. ¿Recuerdas el cronómetro?" James se dió la vuelta. Lo que vió le hizo chillar.

miércoles, 25 de mayo de 2011

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Capitulo 2


James Minogue estaba cansado. Cansadísimo. Su jornada de hoy terminaría en diez minutos. Hacía tiempo que James no encontraba un buen caso. Todos eran robos o asesinatos falsos para cobrar el seguro. Su última petición para resolver un caso, de un tal Marcos, le había resultado la más falsa de todas. Decía que le habían detectado por GPS al entrar a una página de Internet. Patético. Muy patético. Se quedó pensando en su mujer. Murió hace dos años, pero todavía Minogue no lo había superado. No podía dejar de pensar en ella. Hoy era el aniversario de su muerte. Y pensar que montó en un autobús con un conductor borracho… A la gente la tendría que dar vergüenza. Además, ella tuvo la mala suerte de que no había nadie, aparte de ella y el conductor en el autobús. Y pensar que el conductor no murió y se dio a la fuga… Aún le costaba pensar que había resuelto millones de casos, y ese se le resistió. No encontró ni una sola pista. Nadie vio al conductor, nadie vio al camión volcar, nadie vio nada, absolutamente nada. Lo más extraño es que su mujer tenía la cara destrozada. Nadie sabe por qué, pero así era. Además, viendo el camión volcado, observo que el bus estaba volcado con el lado del conductor mirando al suelo. Ese golpe habría sido mortal para cualquier persona, pero cuando los bomberos fueron y miraron, no había nadie, solo unas palabras al lado de su mujer que decían: “Intentad cogerme, a ver si podéis.” Nunca James Minogue había visto algo tan horrible. Era espantoso. Alguien estaba retando a la policía. Era horrible. James volvió al mundo cuando el teléfono sonó. Estuvo sonando un rato hasta que James lo cogió. Y oyó algo. Algo muy extraño. Decía: “Hoy hace un año, ¿recuerdas?” Minogue colgó rápidamente. ¿Qué había pasado? ¿Quién había llamado? Número oculto. Era una voz repugnante, de alguien de una edad avanzada, y sonaba como si tuviese la boca llena de comida. Era una voz desagradable. De fondo se oían chillidos. Algo muy extraño estaba pasando. Ahora mismo todas las llamadas son localizables.
-Julián, ¿me pudrías hacer un favor?
- Si, por supuesto, dalo por hecho.
-Muchísimas gracias.
Este era un caso bastante serio. Tenía que contárselo a alguien. Pero su jornada terminaba en dos minutos, así que se dedicó a introducir los expedientes de los casos en su maleta para estudiarlos más de cerca en su casa. Aunque no creía que los pudiese estudiar bien: en su mente solo cabía hueco para la llamada. ¿Quién habrá sido? ¿Por qué habrá sido? No lo sabía, y eso es lo que estaba intentando averiguar. Pasaron dos minutos, y James por fin pudo salir de la oficina. Cuando salió vio un enorme revuelo. Todo el mundo hacía un circulo, había coches de bomberos, había un coche volcado, y en una camilla… Estaba Marcos, muerto, con toda la cara ensangrentada, al igual que la tenía su mujer. Entonces, un hombre, parecía un bombero, dijo con un megáfono:
-Desalojen la zona, repito, desalojen la zona.
James no se lo podía creer. ¡El caso de Marcos era cierto! Y le ha pasado lo mismo que a su mujer justo un año después. Esto era demasiado surrealista. Parecía una película de terror, tipo Sherlock Holmes moderno, pero tristemente y lamentándolo demasiado, no lo era, ya que en este caso, era muy difícil que hubiese un final feliz.
Minogue se desmalló. Notó un pinchazo en el cuello y se desmalló. Así, simplemente, se desmallo. Se calló redondo al suelo. La gente intentó ayudarle, pero un hombre lo metió en un coche negro y se marchó a toda velocidad, cometiendo todo tipo de infracciones.
A las dos horas, aproximadamente, James se despertó. Estaba en un cuarto marrón. En una esquina vio un ratón. No sabía qué hacía allí ni como había llegado. Solo sentía un fuerte dolor en el pecho. Ese lugar era tenebroso. Bien podría ser confundido con la habitación de una de las películas de Saw. Este pensamiento le aterrorizó aún más de lo que estaba. Y si le estaba pasando algo parecido a esa terrible película, pero en la realidad? ¿Y si se encendía una televisión con un payaso hablando y diciendo que tiene en su estomago una bomba que va a estallar en 20 minutos? Que macabro… Minogue había visto muchas cosas. Pero en la vida había tenido tanto miedo. Y entonces, vio una mancha de sangre en su rodilla. Y lo peor de todo, se acordó que antes de desmallarse, un hombre le guiñó un ojo y le dijo:
-¿Qué tal con tu mujer? ¿Crees que estarás tu pronto igual que ella? ¡Vamos a verlo!

Capitulo 1


-Imposible –dijo James Minogue al oír el caso de Marcos.- ¿Pretende que yo me crea lo que me está contando?
-¡Por favor, créame! ¡Le juro que le digo la verdad!
Marcos fue a la polic ía para denunciar un robo a mano armada en su casa a pleno día.
-Su casa tiene todas las medidas de seguridad posibles. Y no creo que haya gente en este mundo capaz de matar a alguien por unos solos céntimos. Además, los ladrones no se tomarían la molestia de detectar por GPS a través de Internet a alguien.
-Bueno… Hace unos días me llegó una carta…
-¿Y que se supone que decía esa carta?
-La tengo aquí…. Si usted quiere, se la puedo enseñar… Pero, es que, pone que no se la enseñe a nadie.
-¡Por Dios! ¿Cómo va a saber el que le envió la carta que yo la voy a leer? ¡Démela!
-Si usted lo dice…
-¡Vamos!
-Aquí tiene…

“Se le avisó de que no entrara… Se le avisó… Y usted no hizo caso… Si cree que esto es una broma, créalo, pero pronto se llevara una desagradable sorpresa. Y recuerde que las cosas no pasan porque sí. Avisado está. Y el que avisa, no lo olvide, no es traidor. Pasaré a buscarle, por ejemplo, el 6 de abril. No lo olvide. Este día será el día de, en fin, ya se lo imagina.
Saludos cordiales,
Fipkutrika
PD: Como le cuentes a alguien esto, en la fecha indicada pasará algo mucho más desagradable, doloroso, lento, mucho más MUERTO.
PDD: ¡NO DEBISTE ENTRAR NUNCA!”
- No tiene remitente, y lo más importante, no tiene sello, lo que indica que alguien que no es el cartero y que conoce al escritor de la carta la ha dejado en su buzón.
- En realidad no me la dejaron en el buzón. Llamaron al timbre, y cuando fui a abrir la puerta, un coche estaba arrancando y se fue después.
-¿Cogió usted la matricula de ese coche?
-Sí, pero era muy rara. Ponía TVAME6DA
-Esa matricula no existe.
-Ya, por eso le he dicho que era muy rara.
-El hombre o mujer que escribió la carta sabe su dirección. De otra manera, no encuentro posibilidad alguna de que le haya llegado la carta al buzón sin sello.
-Ya, eso ya me lo había imaginado.
-Bueno, pues intentaré averiguar todo lo que pueda. Pero este tranquilo, esto es una absurda tontería. Váyase a su casa tranquilo.
-Muchas gracias, buenas noches.
-Buenas noches.
Marcos salió de la comisaría y fue caminando hacia su casa. Estaba pensativo. Por más que el policía le había dicho que estuviera tranquilo, no podía dejar de pensar en ese tema. Se sentía intranquilo, su sentía en peligro. Sentía que él era un simple animalillo para un gran depredador. Ni con la pistola que compró el día que le enviaron la carta se sentía a salvo. Sabía que sería incapaz de utilizarla en caso de peligro. Era 6 de abril, día indicado en la carta. Estaba chispeando. En cualquier momento se iba a poner a llover. Eran las once y media de la noche. Las gotas caían más y más fuerte sobre el suelo. Le faltaba un buen trecho para llegar a su casa, y se iba a empapar, ya que no llevaba paraguas. Cuando paso por la parada de autobús, vio que iba a llegar un autobús en unos minutos, así que se puso a esperar. La noche no terminaba nunca. Hasta que no pasasen las doce de la noche, no se sentiría a gusto. Su mujer le había preparado la cena en su casa. Ella estaría impaciente, ya que Marcos la dijo que volvería a las once. Entonces sonó el móvil. Marcos supuso que era su mujer, posibilidad que se desvaneció al recordar que su mujer no tenía móvil. Abrió el teléfono y dijeron:
-No soy tonto. Te crees que no iba a saber que se lo has dicho a la policía, más concretamente a James Minogue. Ahora solo te puedo dar un consejo, ¡corre!
La llamada finalizó. Marcos estaba a punto de ponerse a llorar, cuando vió que por fin llegaba el autobús. Fue corriendo y le hizo gestos para que parase. Estaba muy agobiado. Cuando por fin se paró, Marcos entró corriendo, le pagó al conductor y se fue corriendo a sentarse en un asiento. Cogió el móvil desesperado y vio que le habían llamado desde un número rarísimo, desde el TVAME6A. Pensando, descubrió, aterrorizado que el número coincidía con la matrícula del coche que se fue. Guardó el móvil e intentó relajarse, en el autobús estaba a salvo. Se dio cuenta de que los asientos estaban numerados. Vio que el de al lado suyo era el 16 y el de detrás el 18. Cuando fue a mirar el suyo, vio, aterrorizado que era el TVAME6DA. Marcos chilló. El conductor le miró por el retrovisor y le preguntó que le pasaba. Marcos le dijo que por qué en su asiento había ese número, Y le dio un papel que decía: TeVoyAMatarEl6DeAbril.
-¿Qué es esto? – dijo Marcos aterrorizado
-Lo que significaba mi matricula. Adiós, Marcos.
El conductor frenó bruscamente, lo que hizo que Marcos se diese en la cabeza con el respaldo del asiento de delante. Otra vez, el bus cogió velocidad y frenó bruscamente, lo que volvió a provocar el golpe en la cabeza de Marcos. Marcos estaba aterrorizado. Cogió su pistola y disparó, pero falló. Y el conductor dijo:
-No deberías haber hecho eso. Lo siento mucho, pero me obligas a hacerlo.
El autobús cogió velocidad y giró bruscamente, lo que provocó que el camión volcase y Marcos muriese. El conductor salió del autobús volcado a duras penas y se despidió diciendo:
-No soy idiota. El que avisa, no lo olvide, no es traidor. Me encargaré personalmente de que nadie de la policía sepa absolutamente nada sobre mí. TVAME6DA tiene un significado. Tienes suerte, nadie más lo sabrá más que tu. TVAME6DA. No lo olvides. Adiós, buenas noches.